La Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad que afecta significativamente la calidad de vida de quienes la padecen, con un impacto variable en el sufrimiento y la capacidad funcional. Según la información proporcionada por la Superintendencia de Salud del Gobierno de Chile, entre el 5 y el 20% de los pacientes con AR experimentan un curso de la enfermedad autolimitado, mientras que otro 5 a 20% presentan una forma clínicamente mínimamente progresiva. Por lo tanto, una gran mayoría, que representa entre el 60 y el 90% de los pacientes, sufren de una evolución clínica de deterioro progresivo.